Introducción

Los vestigios patrimoniales de los parajes de la Pedrera y la Canyadeta están intrínsecamente ligados a la explotación del territorio. Estos espacios presentan unas características muy concretas, marcadas por la aridez del entorno y el desnivel orográfico. Los primeros indicios de ocupación humana los podemos fechar en los últimos años del siglo XII, momento en que se empezó a edificar la pequeña alquería islámica de Xinosa. Este núcleo estuvo habitado hasta bien entrado el siglo XV. Tras su abandono, el poblamiento de la zona se ha caracterizado por ser de tipo disperso, predominando las casas de campo y las masías aisladas.

La ocupación humana se ha podido mantener a lo largo del tiempo gracias a los nacimientos de agua que brotan del entorno, como es el caso del de Xinosa o el del Bull. Esta cultura hidráulica ha generado multitud de bienes etnográficos que aún se conservan, como es el caso de la balsa de la Pedrera, el lavadero de la Canyadeta o la red de acequias y partidores de agua. Del mismo modo, la explotación agrícola de los lugares ha dado como resultado un paisaje rural muy característico lleno de bancales y márgenes de piedra. En este contexto de aprovechamiento de los recursos, a finales del siglo XIX, también se empezarían a explotar las minas de piedra de la Canyadeta y de la Pedrera. Una actividad industrial que, a la vez, también generó otra serie de bienes etnológicos muy singulares, como son los refugios de canteros.

Los sistemas hidráulicos (balsas, acequias, etc.) junto con las canteras abandonadas, son elementos del paisaje que presentan extraordinarias posibilidades para potenciarlos ambientalmente. En torno a todo esto, se ha ido adaptando una gran biodiversidad de especies, tanto de flora como de fauna, que han usado estos elementos como su hábitat y no se encontrarían en este paisaje semiárido sin estas infraestructuras de agua superficial.

Los refugios de canteros.

Los refugios de canteros son unos edificios etnológicos singulares que servían de almacén y resguardo para los trabajadores de las pedreras de la zona. Están construidos con piedra trabajada y presentan trazas de conglomerado, con la finalidad de hacer más sólida la construcción.

Entre los parajes de la Pedrera y la Canyadeta, se encuentran 9 refugios de este tipo repartidos por las sierras de l’Altet de Buendicho, l’Altet de l’Oncle Pitxat en los altets de la Pedrera, en els Romers, la Canyadeta y la Perola. Cada refugio pertenecía a una cuadrilla de trabajadores diferente. El refugio perdió su funcionalidad cuando se dejaron de explotar las canteras. En este sentido, la pérdida del uso original ha provocado un deterioro progresivo de estos espacios.

Las canteras más importantes de la zona eran explotaciones mineras de Francisco Buendicho, Ramón Sabater, José Navarro, Silvestre García, Francisco Corbí, Juan Picó, Joaquín Mallebrera, Luís Peñataro y Vedasto Payá.

Balsa de la Pedrera

Conjunto de estructuras hidráulicas formado por un nacimiento de agua, un partidor, un lavadero y una balsa. Todas estas instalaciones formaban parte de la acequia de los Quiles que cubría un trayecto de 1300 metros entre la Pedrera y la Canyadeta.

El proceso de obtención de agua empezaba con su extracción en la mina de la Pedrera. Una vez el agua se acumulaba en la balsa, se conducía hasta un partidor que dividía la conducción del agua en dos ramales, el brazo de los Quiles y el brazo de la Tía Juana. Antes de pasar por el partidor, el agua llenaba un pequeño lavadero. Por otro lado, la balsa servía para controlar las horas de riego para controlar las horas de riego y así poder utilizar la cantidad exacta y no perder excedentes. La persona encargada de controlar las horas de agua era el mestre sobresequier.

Acueducto

El acueducto de la Pedrera es una infraestructura hidráulica vinculada al brazo de la acequia de los Quiles construida para salvar el desnivel orográfico. Está elevado sobre el nivel del suelo con 15 grandes columnas de piedra arenisca dispuestas de forma paralela. Sobre el capitel de las columnas se sitúan unas losas de piedra que servían como canal para transportar el agua. Este acueducto es la única construcción que queda en pie de esta antigua conducción, ya que la mayoría del trazado ha desaparecido a causa del asfaltado del camino.

Xinosa

Xinosa era una antigua alquería islámica fortificada. Este núcleo estuvo habitado desde el siglo XII hasta el siglo XV. Las investigaciones realizadas han descubierto una serie de estructuras habitacionales situadas en el interior de un recinto amurallado. Las excavaciones también han dejado a la luz diversas inhumaciones y fragmentos de cerámica de cronología islámica (XII-XIII) y medieval (XIV-XV).

Después de la conquista, la alquería de Xinosa quedó integrada en la jurisdicción del Ra’is de Crevillente, dependiendo del Reino de Castilla. Unos años más tarde, el tratado del Torellas (1304) incluirá finalmente los señoríos de Monóvar y Xinosa bajo la administración del Reino de Valencia. La alquería de Xinosa también tuvo un papel importante durante la guerra de los dos Pedros donde, de nuevo, su castillo fue motivo de disputa entre los reinos de Castilla y Aragón. Finalmente, en el siglo XV, el señorío de Xinosa quedó despoblado a causa de la pujanza económica de Monóvar, que atrajo a los pocos vecinos que todavía vivían en la alquería.

Lavadero de la Canyadeta

Conjunto etnológico formado por un lavadero y dos balsas. Se trata del último tramo de la acequia de los Quiles, que vertía sus sobrantes a estas balsas. El lavadero ha sido restaurado por los colectivos locales. A día de hoy, presenta una apariencia totalmente renovada. Hay que matizar que todas las intervenciones han seguido el criterio técnico y las obras se han realizado de acuerdo con las técnicas constructivas originales. En el futuro, este lavadero pretende ser un espacio multiusos dedicado a la recuperación de la fauna autóctona y de los bienes etnológicos tradiconales.

FLORA Y FAUNA

Flora

Este lugar está considerado hábitat prioritario para la conservación de la Unión Europea según la Directiva “Hábitats” por su riqueza en endemismos y especies singulares de carácter estepario y con mucho interés botánico por las especies que se utilizan de manera tradicional para la elaboración de jabones, licores, aceites, infusiones, etc. La vegetación está condicionada por un ombroclima Semiárido de apariencia casi desértica.

Matorral alto rico en plantas espinosas, adaptado a la aridez: Espino negro (Rhamnus lycioides), acebuche (Olea europea var. sylvestris), retama (Ephedra fragilis), bayón (Osyris lanceolata), lentisco (Pistacia lentiscus), esparraguera (Asparagus horridus), rubia (Rubia peregrina).

Plantas aromáticas y endemismos murciano-almerienses o ibéricos: Cantueso o catahueso (Thymus moroderi), poleo o poleo amargo (Teucrium carolipaui), raïm de pastor (Sedum sediforem), rabo de gato (Sideritis leucantha), turmeras (Helianthemum appeninum, H. pilosum, Fumana thymifolia), tomillo común (Thymus vulgaris), ramasos o bochas (Dorycnium pentaphyllum), albaida fina (Anthyllis terniflora), espartales (Stipa tenacissima), narcisos (Lapiedra martinezzi), Jacinto bastardo (Dipcadi serotinum), escobón o escobella (Salsola genistoides).

Plantas de zonas húmedas: Epilobium hirsutum, Juncus acutus y Scirpus holoschoenus.

Fauna

Este espacio con, relativamente, pequeña extensión contiene poblaciones excepcionales de especies de fauna silvestre, algunas de ellas incluidas en el Catálogo Valenciano de Especies Amenazadas y que, por tanto, hay que proteger.

Aves: la tórtola europea (Streptopelia turtur), cuya población ha disminuido en las últimas décadas de forma alarmante. Las cogujadas (Galerita cristata y G. theklae), el estornino negro (Sturnu unicolor), la curruca cabecinegra (Sylvia melanocephala), y la collalba negra (Oenanthe leucura). En los desniveles terrosos, el abejaruco europeo (Merops apiaster), excava túneles en cuyo fondo establece sus nidos. Sobrevolando la zona se observan los aviones zapadores (Riparia riparia), catalogados como “vulnerables”. Entre las rapaces nocturnas se encuentra el autillo (Otus scopus), el mochuelo europeo (Athene noctua) y el búho real (Bubo bubo) y, en cuanto a la rapaces diurnas, el águila real (Aquila chrysaetos) y cernícalo vulgar (Falco tinnunculus).

Mamíferos: Entre los mamíferos de pequeño tamaño se encuentra al topillo común (Microtus duodecimcostatus), el ratón de campo (Apodemos sylvaticus), el ratón casero (Mus domesticus) y la rata negra (Rattus rattus). Entre los insectívoros, la musaraña gris (Crocidura russula), la musarañita (Suncus etruscus) y el erizo común (Erinaceus europaeus). En cuanto a los carnívoros, la gineta (Genetta genetta), el zorro (Vulpes vulpes) y la comadreja (Mustela nivalis). Se debe resaltar la abundancia del conejo (Oryctolagus cunniculus) debido a la combinación en la zona del regadío, el secano, la vegetación natural y los suelos que permite ser excavados con facilidad. En cuanto a los quirópteros, solo se conoce la presencia del murciélago común (Pipistrellus pipistrellus).

Anfibios: Se encuentran vinculados a las infraestructuras históricas hídricas. El sapo corredor (Epidalea calamita), el sapo partero (Alytes obstetricans), el sapillo moteado común (Pelodytes punctatus), el sapo de espuelas (Pelobates cultripes), el sapo común (Bufo bufo) y la rana común (Pelophylax perezi).

Reptiles: la salamanquesa común y rosada (Tarentola mauritanica y Hemidatylus turcicus), las lagartijas colilarga, cenicienta e ibérica (Psamodromus algirus, P. hispanicus, Podarcis hispanica), la culebra viperina (Natrix maura) y el lagarto ocelado (Timon lepidus).